El macizo de las Enguinzas se enclava en el valle Cántabro de Miera y se prolonga hacia occidente a la Sierra del Escudo de Cabuérniga, uno de los más destacados accidentes tectónicos de la región. El carácter poroso de las calizas del macizo es un caldo de cultivo idóneo para el desarrollo de procesos de karstificación, que dan lugar a todo tipo de caprichosas formas asociadas a la acción erosiva del agua sobre estos materiales. En resumen, el macizo de las Enguinzas es un enorme lapiaz repleto de curiosas formas, desde grandes agujas a pequeños agujeros en la roca, que generan un ambiente de extrema sequedad donde la adaptación de la escasa vegetación se limita a los fondos de las dolinas y las zonas ausentes de roca. A pesar de ser una zona con unas vistas preciosas, suele ser injustamente olvidada debido a la cercanía de picos de mucha mayor entidad a pocos kilómetros a la redonda. En esta ruta circular se realiza una fácil vuelta señalizada por el interior del macizo sin realizar ninguna cima, ya que implicaría meterse en terrenos sumamente peligrosos donde las posibilidades de tener un percance son muy elevadas.